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Abril 2022

“Estoy pensando en dejar la ciencia por mi nivel de inglés” o “mi inglés es muy malo, siempre me he sentido en desventaja” son algunas de las experiencias que me han compartido varios de nuestros colegas. Aprender inglés marca gran parte de las oportunidades profesionales de personas en Colombia y mundo, y en el ámbito científico esto no es una excepción. Esto genera una presión constante por aprender y mejorar el inglés, hecho que aumenta la migración académica y limita el acceso a mejores oportunidades en los científicos con bajo nivel de inglés (de Vasconcelos, 2006). Además, genera inseguridad a la hora de escribir y publicar, intensificando la dependencia con científicos o laboratorios en países angloparlantes o con alto nivel del inglés (Flowerdew, 1999; Pérez-Llantada, et al., 2011).

Valeria Ramírez Castaneda MSc

Museu de Zoologia de Vertebrados, Departamento de Biologia Integrativa, Universidade da Califórnia em Berkeley, EUA

Figura 1. Resumen de los resultados (Ramírez-Castañeda, 2020).

El inglés, entonces, influye en el “éxito” individual de un investigador, pero también tiene efecto a un nivel más global y colectivo, ya que existe una fuerte correlación entre el dominio del inglés, el desarrollo económico y la innovación tecnológica en términos de número de artículos, número de investigaciones y gastos de investigación y desarrollo (EF Education, 2018). También afecta la relación de la ciencia con la sociedad, al limitar la ya mínima comunicación científica con instituciones y comunidades locales, y desligar el aprendizaje de la ciencia con la cultura local, reforzando la idea de que la ciencia es ajena a nuestros territorios y a nuestras experiencias de vida (de Vasconcelos, 2006). La hegemonía del inglés profundiza la desigualdad en la producción y utilización del conocimiento científico en los países con bajo dominio del inglés (Figura 1). Esta delimitación y construcción anglocentrista de la ciencia reproduce la relación colonial de extracción, dependencia y aprovechamiento del conocimiento, es decir, mantiene una brecha entre los países del sur global o periférico y los países del norte global (Flowerdew, 1999; Alves & Pozzebon, 2014; Curry y Lilis, 2017, Hanauer et al., 2019).

¿Por qué no es suficiente que todos aprendamos inglés?

Colombia es uno de los países del mundo con más bajo nivel de inglés. En muchos países Latinoaméricanos el nivel de inglés de la población se correlaciona con el acceso socioeconómico. Tomar clases de inglés extra, estudiar en un colegio bilingüe o con buen nivel de inglés es un costo adicional para muchas familias y además, son servicios que frecuentemente solo se ofrecen en las grandes ciudades. Además, la capacidad de aprender un idioma adicional es una caracteristica que puede variar entre individuos, por ejemplo, existen condiciones de personas neurodivergentes que no les permite aprender idiomas adicionales. En conclusión, el esfuerzo de comunicarnos entre científicos no puede seguir recayendo únicamente sobre cada individuo, no debería depender de nuestras habilidades en el inglés, ni de las desigualdades socioeconómicas para acceder a éste.

¿Qué podemos hacer?

Este es un tema del que apenas empezamos a hablar en la ciencia, por lo tanto, necesitamos que todos los actores implicados en la investigación científica se involucren en busca de soluciones: científicos angloparlantes, universidades, revistas científicas, congresos internacionales, procesos de admisión e instituciones gubernamentales, entre otros. A pesar del corto tiempo, muchas ideas han comenzado a ponerse en acción. Varias revistas científicas están ofreciendo servicios gratuitos de edición del inglés y motivando la publicación de artículos en múltiples idiomas (Figura 2) (Amano et al., 2021). Además, congresos científicos, como Evolution 2021, están contratando traducción inmediata y subtítulos para que las presentaciones se hagan en más de un idioma. Por otro lado, las plataformas de traducción online basadas en inteligencia artificial como DeepL (https://www.deepl.com/translator) están ofreciendo traducciones rápidas, gratuitas y acertadas que pueden ser usadas tanto por investigadores como estudiantes. De la mano, universidades e investigadores reunen esfuerzos para impulsar el multilinguismo en la ciencia. El proyecto TranslatE (https://translatesciences.com/) ha recopilado diferentes esfuerzos de revistas y congresos para hacer esto posible. Finalmente, universidades como la Universidad de California Berkeley (https://classes.berkeley.edu/content/2021-Spring-INTEGBI-24-005-SEM-005) ofrece un curso para traducir a diferentes idiomas artículos científicos importantes especialmente para el campo de la biología. Finalmente, reunir diversos esfuerzos para defender el multilingüismo como alternativa en la ciencia podría promovería la reducción de las desigualdades geopolíticas y sociales en nuestras carreras para avanzar en el largo camino que aún nos queda por recorrer en el proceso de descolonización de la ciencia.

Figura 2. Campaña “traduce tu trabajo al idioma local”.

BIBLIOGRAFÍA

Alves, M. A., & Pozzebon, M. (2014). How to resist linguistic domination and promote knowledge diversity? Revista de Administração de Empresas, 53(6), 629–633. https://doi.org/10.1590/s0034-759020130610

Amano, T., González-Varo, J. P., & Sutherland, W. J. (2016). Languages Are Still a Major Barrier to Global Science. PLoS Biology, 14(12), e2000933. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.2000933

Amano, T., Rios Rojas, C., Boum II, Y., Calvo, M., & Misra, B. B. (2021). Ten tips for overcoming language barriers in science. Nature Human Behaviour, 5(9), 1119-1122.

Curry, M. J., & Lillis, T. M. (2017). Global academic publishing : policies, perspectives and pedagogies. Bristol: Blue Ridge Summit.

de Vasconcelos Hage, S. R., Cendes, F., Montenegro, M. A., Abramides, D. V, Guimarães, C. A., & Guerreiro, M. M. (2006). Specific language impairment: linguistic and neurobiological aspects. Arquivos de Neuro-Psiquiatria, 64(2A), 173–180. https://doi.org//S0004-282X2006000200001

EF Education. (2018). EF EPI 2018 – EF English Proficiency Index – Europe. Retrieved January 9, 2019, from https://www.ef.com.es/epi/

Fandiño-Parra, Y. J., Bermúdez-Jiménez, J. R., & Lugo-Vásquez, V. E. (2012). Retos del Programa Nacional de Bilingüismo: Colombia Bilingüe. Educación y Educadores VO – 15, 15(3), 363–381. https://doi.org/http://dx.doi.org/10.5294/edu.2012.15.3.2

Flowerdew, J. (1999). Writing for scholarly publication in English: The case of Hong Kong. Journal of Second Language Writing, 8(2), 123–145. https://doi.org/10.1016/S1060-3743(99)80125-8

Guardiano, C., Favilla, M. E., & Calaresu, E. (2007). Stereotypes about English as the language of science. AILA Review, 20, 28–52. https://doi.org/10.1075/aila.20.05gua

Hanauer, D. I., Sheridan, C. L., & Englander, K. (2019). Linguistic Injustice in the Writing of Research Articles in English as a Second Language: Data From Taiwanese and Mexican Researchers. Written Communication, 36(1), 136–154. https://doi.org/10.1177/0741088318804821

Márquez, M. C., & Porras, A. M. (2020). Science Communication in Multiple Languages Is Critical to Its Effectiveness. Frontiers in Communication, 5(31), 31. https://doi.org/10.3389/fcomm.2020.00031

Pérez-Llantada, C., Plo, R., & Ferguson, G. R. (2011). “You don’t say what you know, only what you can”: The perceptions and practices of senior Spanish academics regarding research dissemination in English. English for Specific Purposes, 30(1), 18–30. https://doi.org/10.1016/j.esp.2010.05.001

Ramírez-Castañeda, V. (2020). Disadvantages of writing, reading, publishing and presenting scientific papers caused by the English language in science: The case of Colombian Ph.D. in biological sciences. BioRxiv. https://doi.org/10.1101/2020.02.15.949982.

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